domingo, 9 de marzo de 2008
sábado, 8 de marzo de 2008
lunes, 18 de febrero de 2008
domingo, 19 de agosto de 2007
jueves, 21 de junio de 2007
viernes, 15 de junio de 2007
El Libro de Urantia
La Madre Universal
• La Creadora rehusa ejercer coerción o imponer la sumisión al libre albedrío espiritual de sus criaturas materiales.
• La Madre Universal nunca impone ninguna forma de reconocimiento arbitrario, de adoración formal, ni de servicio servil a las criaturas volitivas inteligentes de los universos.
• Los seres del espíritu son reales, a pesar de que son invisibles al ojo humano; aunque no son de carne y hueso.
• La gloria y la brillantez espiritual de la presencia de la Personalidad Divina es de acceso imposible para los grupos más humildes de seres del espíritu o para toda orden de personalidades materiales.
• La mente de las criaturas evolucionarias se origina en los universos locales y debe lograr perfección divina mediante esas transformaciones experienciales de alcance espiritual que son el resultado inevitable de la elección de una criatura de hacer la voluntad de la Madre en los cielos.
• Esta evolución de la mente humana, a partir de la asociación con la materia a la unión con el espíritu, resulta en la transmutación de las fases potencialmente espirituales de la mente mortal en las realidades morontiales del alma inmortal.
• La mente mortal servil a la materia está destinada a hacerse cada vez más material y consecuentemente a sufrir una extinción final de la personalidad; la mente entregada al espíritu está destinada a hacerse cada vez más espiritual y finalmente a lograr la unidad con el espíritu divino, sobreviviente y conductor, alcanzando así la supervivencia y la eternidad de existencia de la personalidad.
• Constantemente nos vemos confrontados por este misterio de Dios; nos confunde el desenvolvimiento creciente del interminable panorama de la verdad de su infinita bondad, su ilimitada misericordia, su incomparable sabiduría y su carácter extraordinario.
• Dios no muestra preferencia por personas, ni espirituales ni materiales.
• Solamente la capacidad de la criatura para recibir y discernir las actualidades espirituales del mundo supermaterial limita la presencia divina que cualquier hijo del universo disfruta en cualquier momento.
• sólo el entendimiento de fe del mortal que conoce a Dios puede lograr el milagro filosófico del reconocimiento del Infinito por parte del finito, el discernimiento del Dios eterno por parte de los mortales evolutivos de los mundos materiales del tiempo y el espacio.
• Es totalmente fútil discutir estos conceptos incomprensibles de la personalidad divina con las mentes de las criaturas materiales cuyo máximo concepto de la realidad del ser consiste en la idea e ideal de la personalidad.
• Las naturalezas de los Hijos Creadores Paradisiacos no abarcan todas las potencialidades incalificadas de la absolutez universal de la naturaleza infinita de la Primera Gran Fuente y Centro, pero el Padre Universal está de todas maneras divinamente presente en los Hijos Creadores.
• La razón, la sabiduría y la experiencia religiosa, todas ellas deducen e implican la personalidad de Dios, pero no la validan completamente.
• La misericordia es el vástago natural e inevitable de la bondad y el amor. La misericordia divina representa una técnica equitativa de ajuste entre los niveles universales de perfección e imperfección.
• Los Creadores son los primeros que intentan salvar al hombre de los desastrosos resultados de su tonta transgresión de las leyes divinas.
• Aunque no puedes encontrar a Dios mediante la búsqueda, si te sometes a la dirección del espíritu residente, serás guiado infaliblemente, paso a paso, vida tras vida, universo tras universo, y edad tras edad, hasta encontrarte finalmente en la presencia de la personalidad del Padre Universal del Paraíso.
• Este término (amor), si bien connota el concepto más elevado de las relaciones mortales de respeto y devoción del hombre, ¡frecuentemente define tantas relaciones humanas completamente innobles e inmerecedoras de ser expresadas por una palabra que se usa también para indicar el afecto incomparable del Dios viviente por sus criaturas universales!
• ¡Qué pena que yo no pueda hacer uso de un término excelso y exclusivo que transmita a la mente del hombre la verdadera naturaleza y el significado exquisitamente bello del afecto divino del Padre del Paraíso!
• En el universo físico podemos ver la belleza divina, en el mundo intelectual podemos discernir la verdad eterna, pero la bondad de Dios se encuentra solamente en el mundo espiritual de la experiencia religiosa personal.
• La religión evolutiva puede llegar a ser ética, pero sólo la religión revelada puede hacerse verdadera y espiritualmente moral.
• La suposición errónea de que la rectitud de Dios era irreconciliable con el amor altruista del Padre celestial, presuponía una falta de unidad en la naturaleza de la Deidad y condujo directamente a la elaboración de la doctrina de la expiación, que es un asalto filosófico a la unidad y al libre albedrío de Dios.
• La amorosa Madre celestial, cuyo espíritu mora en sus hijos de la tierra, no es una personalidad dividida —una de justicia y otra de misericordia— ni tampoco se necesita de un mediador para asegurar el favor del Padre o su perdón.
• Dios es una personalidad trascendente, y las personas tan sólo pueden amar y odiar a otras personas. El pecado no es una persona. Dios no asume ninguna actitud personal, porque el pecado no es una realidad espiritual; no es personal; por lo tanto sólo la justicia de Dios toma conocimiento de su existencia. El amor de Dios salva al pecador; la ley de Dios destruye el pecado.
•
• La Creadora rehusa ejercer coerción o imponer la sumisión al libre albedrío espiritual de sus criaturas materiales.
• La Madre Universal nunca impone ninguna forma de reconocimiento arbitrario, de adoración formal, ni de servicio servil a las criaturas volitivas inteligentes de los universos.
• Los seres del espíritu son reales, a pesar de que son invisibles al ojo humano; aunque no son de carne y hueso.
• La gloria y la brillantez espiritual de la presencia de la Personalidad Divina es de acceso imposible para los grupos más humildes de seres del espíritu o para toda orden de personalidades materiales.
• La mente de las criaturas evolucionarias se origina en los universos locales y debe lograr perfección divina mediante esas transformaciones experienciales de alcance espiritual que son el resultado inevitable de la elección de una criatura de hacer la voluntad de la Madre en los cielos.
• Esta evolución de la mente humana, a partir de la asociación con la materia a la unión con el espíritu, resulta en la transmutación de las fases potencialmente espirituales de la mente mortal en las realidades morontiales del alma inmortal.
• La mente mortal servil a la materia está destinada a hacerse cada vez más material y consecuentemente a sufrir una extinción final de la personalidad; la mente entregada al espíritu está destinada a hacerse cada vez más espiritual y finalmente a lograr la unidad con el espíritu divino, sobreviviente y conductor, alcanzando así la supervivencia y la eternidad de existencia de la personalidad.
• Constantemente nos vemos confrontados por este misterio de Dios; nos confunde el desenvolvimiento creciente del interminable panorama de la verdad de su infinita bondad, su ilimitada misericordia, su incomparable sabiduría y su carácter extraordinario.
• Dios no muestra preferencia por personas, ni espirituales ni materiales.
• Solamente la capacidad de la criatura para recibir y discernir las actualidades espirituales del mundo supermaterial limita la presencia divina que cualquier hijo del universo disfruta en cualquier momento.
• sólo el entendimiento de fe del mortal que conoce a Dios puede lograr el milagro filosófico del reconocimiento del Infinito por parte del finito, el discernimiento del Dios eterno por parte de los mortales evolutivos de los mundos materiales del tiempo y el espacio.
• Es totalmente fútil discutir estos conceptos incomprensibles de la personalidad divina con las mentes de las criaturas materiales cuyo máximo concepto de la realidad del ser consiste en la idea e ideal de la personalidad.
• Las naturalezas de los Hijos Creadores Paradisiacos no abarcan todas las potencialidades incalificadas de la absolutez universal de la naturaleza infinita de la Primera Gran Fuente y Centro, pero el Padre Universal está de todas maneras divinamente presente en los Hijos Creadores.
• La razón, la sabiduría y la experiencia religiosa, todas ellas deducen e implican la personalidad de Dios, pero no la validan completamente.
• La misericordia es el vástago natural e inevitable de la bondad y el amor. La misericordia divina representa una técnica equitativa de ajuste entre los niveles universales de perfección e imperfección.
• Los Creadores son los primeros que intentan salvar al hombre de los desastrosos resultados de su tonta transgresión de las leyes divinas.
• Aunque no puedes encontrar a Dios mediante la búsqueda, si te sometes a la dirección del espíritu residente, serás guiado infaliblemente, paso a paso, vida tras vida, universo tras universo, y edad tras edad, hasta encontrarte finalmente en la presencia de la personalidad del Padre Universal del Paraíso.
• Este término (amor), si bien connota el concepto más elevado de las relaciones mortales de respeto y devoción del hombre, ¡frecuentemente define tantas relaciones humanas completamente innobles e inmerecedoras de ser expresadas por una palabra que se usa también para indicar el afecto incomparable del Dios viviente por sus criaturas universales!
• ¡Qué pena que yo no pueda hacer uso de un término excelso y exclusivo que transmita a la mente del hombre la verdadera naturaleza y el significado exquisitamente bello del afecto divino del Padre del Paraíso!
• En el universo físico podemos ver la belleza divina, en el mundo intelectual podemos discernir la verdad eterna, pero la bondad de Dios se encuentra solamente en el mundo espiritual de la experiencia religiosa personal.
• La religión evolutiva puede llegar a ser ética, pero sólo la religión revelada puede hacerse verdadera y espiritualmente moral.
• La suposición errónea de que la rectitud de Dios era irreconciliable con el amor altruista del Padre celestial, presuponía una falta de unidad en la naturaleza de la Deidad y condujo directamente a la elaboración de la doctrina de la expiación, que es un asalto filosófico a la unidad y al libre albedrío de Dios.
• La amorosa Madre celestial, cuyo espíritu mora en sus hijos de la tierra, no es una personalidad dividida —una de justicia y otra de misericordia— ni tampoco se necesita de un mediador para asegurar el favor del Padre o su perdón.
• Dios es una personalidad trascendente, y las personas tan sólo pueden amar y odiar a otras personas. El pecado no es una persona. Dios no asume ninguna actitud personal, porque el pecado no es una realidad espiritual; no es personal; por lo tanto sólo la justicia de Dios toma conocimiento de su existencia. El amor de Dios salva al pecador; la ley de Dios destruye el pecado.
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viernes, 8 de junio de 2007
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